Realizado en un lienzo ovalado, esta pintura de estilo academicista representa a la Virgen María acompañada por el Niño Jesús. María, de edad joven, aparece ataviada con traje blanco y un manto azul intenso, con corona y nimbo. Abre las manos mostrando las palmas mientras pisa con su pie una víbora, en clara alusión a la iconografía apocalíptica.
Frente a ella, al centro, se nos muestra a Jesucristo, niño, ataviado con ropaje rojo y manto azul al hombro. Con una mano señala al cielo mientras que con la otra muestra el corazón encendido que surge de su pecho, con corona de espinas alrededor.
El lienzo aparece enmarcado en un rectángulo dorado, presentando enjutas festoneadas, todo muy ricamente realizado. Fue pintado en 1874 por el gaditano Luis de María Campos, pintor de la escuela gaditana formado en la academia de la capital a mediados del siglo XIX. Allí destacó en escultura, habiendo recibido en 1852 un accésit al finalizar sus estudios con una pequeña escultura.
La pintura, de grandes dimensiones, la podemos admirar en el convento de san Cristóbal, a los pies del templo sobre las rejas de clausura.
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